martes, enero 02, 2007

Atisbando, gerundio


Nunca fui una buena chica, aun a sabiendas de que ello me traería disgustos. La máxima aquella de que "las chicas buenas van al cielo y las malas a todas partes" siempre me pareció bastante coja. Y es que, las chicas malas vamos donde queremos, aunque eso signifique darnos de bruces con más de un sinsabor final.
A veces jugué a restregarme con desconocidos/as en lugares atestados de gente. Otras a cazar "discriminadamente" para, acto consumado, banear de mi lado. Pero esto ya se lo dije.
A veces deseo azotarle fuerte para después consolarle mientras le follo suave (o salvaje, dependiendo de lo que provoque en mi). Se lo dije?. Otras, rezo de rodillas con su polla en la boca mientras espero que perdone mis ofensas. No lo sabía?
A veces se corre (o salpica) en mi cara y parece bendecir lo zorra que soy. Bien que lo sabe. Otras, me corro en su boca y me gusta mirarle sucio y más perro que los perros. Me gusta mirarle debajo.
A veces santifica mi coño con la ternura infinita de sus embestidas. Sí, sí, sí. Otras, mimo su culo, para después castigarlo, y me gusta escucharle gimiendo como las chicas. Sumo y no sigo.

"Te voy a follar como te mereces", te digo. Y tú, desnudo, de rodillas en el suelo y apoyada tu cabeza en la cama, sientes como te penetro desde atrás. Notas mis 50 Kgs. de peso en cada embestida. Enloqueces porque te agarro del pelo y tiro hacia mi, obligándote a arquear la espalda y usándote como mi muñeco sexual. Follado como una puta, me pides.. "Arráncame la piel a tiras".
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