viernes, marzo 24, 2006

Semana de amor


"Mierda, si no tengo tu amor me cortaré el dedo meñique de la mano izquierda, te dije cuando atardecía en el rellano de tu escalera. Jódete, respondiste, y cerraste la puerta en mis narices y me rompiste un diente.
Um, pensé.
Al día siguiente, lunes, me corté el meñique de la mano izquierda antes de desayunar y luego fui a tu casa.
Mira lo que he hecho para conservar tu amor, dije. Eres un rematado gilipollas, respondiste, y cerraste la puerta en mis narices y me rompiste otro diente.
Um, pensé.
Al día siguiente, martes, me corté todos los dedos de la mano izquierda antes de desayunar, dolió bastante, y luego fui a tu casa.
Mira lo que he hecho para que no me abandones, jodida insensible, dije. Eres un tarado sin solución, respondiste, y cerraste la puerta en mis narices y me partiste el tabique nasal.
Um, vomité.
Al día siguiente, miércoles, me vacié un ojo con el cuchillo de cortar pan y, ya puestos, seccioné mi brazo izquierdo a la altura del hombro. El cuarto de baño parecía un matadero. Después desayuné y fui a tu casa.
Mira lo que he tenido que hacer para que comprendas que te quiero, hija de puta, dije. Necesitas ayuda psiquiátrica urgente, respondiste, y cerraste la puerta en mis narices y me rompiste los dos labios.
Um, aluciné.
Al día siguiente, jueves, corté mis dos piernas y me arranqué las orejas. Gritando como un cerdo al ser destripado desayuné mi té y luego fui a tu casa montado en una tabla con ruedas.
Mira lo que he hecho para que acabes de creerme, zorra enferma, dije. Vete a la mierda, jodido exhibicionista, contestaste, y cerraste la puerta en mis narices y me provocaste una conmoción cerebral.
Um, desesperé.
Al día siguiente, viernes, vacié mis intestinos con un garfio de carnicero y, ya puestos, seccioné mi nariz con una cuchilla de afeitar oxidada. Aquello era intenso. Desayuné levemente y me arrastré hasta tu casa. La acera era un río de sangre.
Mira hasta dónde me está haciendo llegar mi amor por ti, perra bastarda, dije. Estás manchando de mierda la escalera, respondiste, y cerraste la puerta en mis narices y una astilla se clavó en mi lóbulo frontal con el curioso efecto de empezar a escuchar a Mozart.
Um, suspiré.
Al día siguiente, sábado, corté mi cuello con el hacha del abuelo y hecho un tronco con brazo derecho vertí mi té por la autenticidad de mis despojos. Luego llamé a la agencia de mensajería y me envié a tu casa.
Mira en qué me ha convertido el quererte, mi pequeña putita subnormal, pensé desde el pequeño cerebro que los tíos tenemos alojado en la base del pene. Cada día eres más patético, contestaste, y cerraste la puerta en mi tórax, pues ya no tenía narices, provocándome cinco fibrilaciones ventriculares.
Um, excreté.
Al día siguiente, domingo, el carpintero existencialista del barrio seccionó con su sierra radial todo aquello que sobraba en mí, ya sabes, hasta que sólo fui polla y huevos. Me unté en el té como si fuera un churro, imaginé unas alas y volé hasta tu puerta.
Mira cómo me endurezco al verte, amor mío, mira cómo he mejorado en esta semana de pasión, te insinué de algún modo extraño a base de friccionar cojón derecho con cojón izquierdo, meato urinario como misterioso diapasón, flujo sanguíneo manando de la nada plena de hidrógeno. Pasa, amor mío, y hazme sentir como sólo tú sabes, respondiste, y planeé hacia tu cama y desaparecí en tu interior y acabé por empalarte una vez más de pura pasión mutilada.
El amor-renuncia había triunfado de nuevo."
Un impresentable
Buenísimo.. XD
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